¿Será verdad que todo tiempo pasado fue mejor?
CRONISTA DE LA CIUDAD
JUZGUELO USTED MISMO. Las nuevas
generaciones tienen la idea de que las personas selectas son muy proclives a
sostener la creencia de que "todo tiempo pasado fue mejor" y que
antes al contrario es mejor el presente, por lo que ante tan opuestas opiniones
no resulta ocioso realizar un comparativo apelando a los referentes históricos
de la evolución de Tuxpan como Municipio, Ciudad y Puerto, así como de los
factores y actores que incidieron en ello como coadyuvantes.
Por el año de 1925, una vez
calmado el turbión revolucionario y desaparecida del panorama administrativo
Municipal la ominosa figura de la Jefatura Política, se organizaron en su lugar
los Gobiernos Municipales, bianuales, por cierto, por medio de la elección
previa de los Ayuntamientos Constitucionales y en el caso de Tuxpan, por ese
año, el Cuerpo Edilicio estaba formado -por los más preclaros ciudadanos de la
localidad, como lo fueron el Alcalde, D. Antonio Álvarez P. el síndico Único,
Br. Zósimo Pérez Castañeda; los Regidores Sres. Félix Castillo, Hilario
Ariguznaga Juan Gómez y Fidel Hernández, siendo su tesorero el Sr. J. Manuel
Pérez Banuet.
Pese a ser considerado éste como
un H. Ayuntamiento de lujo, no era mucho lo que esta Institución podía hacer al
respecto de la obra pública, ya que prácticamente dependía en lo económico de
los pocos recursos que recaudaba y éstos tenía que distribuirlos
prioritariamente en pagarle sus sueldos al profesorado, al personal médico y
laboral del hospital “Benito Juárez", así como a los empleados al servicio
de la Presidencia Municipal, a la policía y a los recolectores de basura,
mientras que por otra parte le daban mantenimiento al alumbrado público, al
mercado Municipal y a los campos deportivos.
por contraste, colateralmente el
Municipio en conjunto se deslindó de su crónica modorra y a partir de entonces
comenzó su marcha hacia mejores metas y el dinamo generador de toda esa energía
fue el campo, cuya generosa y diversificada producción agrícola, pecuaria,
avícola, porcicola, apícola y pesquera, se significó por semejarse al mítico
cuerno de la abundancia.
Sus montes, bosques y reservas
selváticas aportaron una considerable cantidad de maderas preciosas, tales como
cedro, ébano, caoba. chijol, alzaprima, zapote y otras, que además de ser artículos
de exportación, por otro lado fueron aprovechadas en los astilleros locales en
los cuales los carpinteros de la ribera porteños construían todo tipo de
embarcaciones marinas, tanto para la navegación fluvial y de cabotaje como para
la marítima de altura, siendo reconocida su excelencia como la mejor de la
república.
La diversidad agrícola del campo
que incluyó desde gramíneas, frutales y hortalizas, se produjeron en tal
abundancia que además de saturar el mercado local, así mismo bastó para
comercializarla en toda la región, y ello dio lugar a la generación de empleos,
lo que en conjunto influyó para incrementar el comercio en lo general en sus más
variadas actividades, todavía no había PEDICHES DE OPORTUNIDADES.
Mención aparte merece el auge que
produjo la exportación del plátano Roatán, el mismo que hoy en día se
"importe del mercado Defeño de "La Viga", fue esa la "Época
del Oro Verde", en alusión a las grandes cantidades de dinero que
circulaba por la comercialización producido en el Tuxpan de antaño, y
precisamente sobre esa actividad da cuenta un boletín relativo al movimiento
portuario registrado del 3 al 8 de Julio de 1932, publicado por el semanario EL
PUERTO, al siguiente tenor: “El día 3 zarpó de éste Puerto, con destino a
Mobile, Alabama, E.U.A., el vapor FLORIDA, con un cargamento de 160 toneladas
de plátano de Roatán poco, más o menos 8 mil racimos."
"En Julio 6, el vapor MEXICO
TRADER fue despachado en Tuxpan con destino a Mobile. U.S.A., con un cargamento
de 12 mil racimos de plátano Roatán".
Y así mismo consigna dicho boletín:
"En los 8 días que se llevan transcurridos del mes en curso, han sido
numerosos los chalanes que cubriendo el servicio del recorrido que se hace
entre éste Puerto y el de Tampico, por el canal interior de navegación
Tampamachoco-Mojarras-Laguna de Tamiahua-El Chijol, y se ha registrado un gran
movimiento de carga de más de mil y-pico de toneladas de plátano Roatán, que
suman aproximadamente 4O mil racimos".
Cabe añadir a tal respecto que
aún con las limitaciones que le eran propias a Tuxpan como un Puerto de rio,
típico de cabotaje,-con el apoyo de los chalanes llamados
"cuadrados" alijos,
construidos por cierto en los astilleros
locales, tanto el plátano Roatán como otros productos exportables eran
utilizados para transportarlos hasta la mar abierta, en los llamados
"Bajos de Tuxpan", en donde fondeaban los vapores que recibían dichos
productos, por lo que con tal sistema funcionaba de hecho como Puerto de
Altura, pues por otra parte de sus
costas "se exportaba" o más bien se saqueaba la producción petrolera
de la región que se transportaba en los buques-tanques surtos en los mismos
bajos de Tuxpan, de En medio y de Tanhuijo.
No había crisis, había empleos y
alimentos para todo aquel que trabajaba, tanto en el campo como en la Ciudad,
el bienestar familiar se reflejaba en que por lo regular todas las familias eras dueñas propietarias del predio en donde tenían
en sus viviendas, mas sin embargo la Ciudad cabecera de Tuxpan, en su aspecto
físico no había cambiado sustancialmente, salvo algunas mejoras de remozamiento
de los parques y jardines y la conservación y mantenimiento de los embarcaderos
ribereños.
Desde luego que una situación tan
irregular y contrastante no podía prevalecer. A esas alturas la sociedad civil
en todos sus segmentos sociales se encontraba debidamente organizadas, ya fuera
en Logias Masónicas o Asociaciones Mutualistas, o en organizaciones tales como
el Sindicato de alijadores y carretilleros del Puerto, la Unión de Marinos del
Puerto, la Sociedad Cooperativa de alijadores, el Sindicato de Choferes, la
Delegación de comunidades agrarias, la Unión de Filarmónicos, la Unión de Carpinteros
de ribera y calafates, el Sindicato de Panaderos y Similares, la Unión de
armadores, el Sindicato de electricistas, la Unión de comerciantes en pequeño,
la Unión de Trabajadores marinos, la Cooperativa de alijadores y estibadores,
la cooperativa de comerciantes, la federación obrera y campesina, La Unión de
Clasificadores, checadores y corta rabos de plata, el Cuadro Artístico Tuxpeño,
el Gran Centro Revolucionario de Obreros y Campesinos, la Unión de veteranos de
la Revolución Huasteca, el Partido Reeleccionista, el Partido Institucional y
coaligados, la Sociedad de Patrones y maquinistas del Puerto, y numerosas
sociedades y asociaciones civiles, así como Juntas de vecinos.
Todas estas organizaciones, de
una manera u otra cooperaban con el Gobierno Municipal en turno, en la
promoción y hasta en el financiamiento de determinado programa de asistencia
social de beneficio público, pero Tuxpan no revesaba su condición de rancho
grande en auge. Las sinuosas calles, callejas y callejuelas de su accidentada
topografía circundantes a los cerros, por lo regular carecían de pavimento y si
acaso alguna de ellas, como la Felipe Berriozábal contigua a la Iglesia, estaba
empedrada. Se carecía de agua entubada por lo que el vital líquido era el agua
lluvia almacenada en los aljitubada por lo que el vital líquido era el
agua de lluvia almacenada .La luz eléctrica la suministraba
una Empresa particular solamente por un lapso de 4 horas al día; de las 8hs a
las 22hs., en tiempo de estío y de las I7hs a las 21hs. en temporada invernal. En
el Tuxpan de aquella época coexistía una población cercana a los 20 mil
habitantes.
Por ese tiempo y a pesar de la
bonanza económica de la que disfrutaba Tuxpan como consecuencia de su ubérrima
producción agropecuaria y de otros rubros tales como el pesquero y porcicola,
paradójicamente la Ciudad cabecera continuaba anclada a su pasado, ofreciendo a
la vista de propios y extraños la misma bucólica fisonomía que se le advertía
desde principios del siglo XX, muy a pesar, inclusive, de que las diferentes
clases sociales de la localidad se encontraban agrupadas en compactas
organizaciones que solían actuar en beneficio y/o de defensa de los intereses
públicos que les eran comunes por afinidad, empero en todas ellas se advertían
ya, las primeras acciones de auténtica participación ciudadana, destacando
entre las más importantes de ellas la ocurrida ya casi para finalizar la década
de los años treinta, cuando por generación espontánea fue constituida la
HONORABLE (y poco después, con base a sus méritos, decretada oficialmente como
BENEMÉRITA) JUNTA DE CARIDAD Y PAVIMENTACION, integrada por las personas más
representativas de todos los segmentos sociales de la Comunidad, siendo su
finalidad la de promover y agenciarse recursos para financiarlas a esas alturas
tan necesarias obras materiales y sociales que sirvieran de base a la
construcción de la infraestructura urbana integral de la Ciudad cabecera, junto
con su consecuente ampliación de las áreas rurales.
En tales condiciones y bajo esas
premisas fue como en el año de 1926 quedó constituida formalmente la HONORABLE
JUNTA DE CARIDAD Y PAVIMENTACIÓN de Tuxpan, la cual en su oportunidad le
sirviera de modelo para crear las Juntas de Mejoras a nivel Estatal, al
Gobernador de Veracruz, el Ex-Diputado Federal por Tuxpan, Adolfo Ruiz
Cortines, quien años después, en su carácter de Presidente de la República,
fundara las Juntas Federales de Mejoras Materiales.
Y en el entorno de esa Junta
gravitaron otras Juntas Vecinales Comités, Patronatos, y otras asociaciones
civiles, sociedades y todo tipo de agrupaciones y organizaciones civiles,
constituidas con el loable propósito de coadyuvar con la Junta original, y una
de esas Juntas lo fue la Junta Vecinal Pro Construcción del Puente de
Tenechaco, obra que fue realizada en el tiempo record de un año, al mismo
tiempo en que le JUNTA DE CARIDAD y PAVIMENTACION, iniciaba la pavimentación de
las calles citadinas a partir de "La Calle Real" hoy en día conocida
como "Benito Juárez", a partir de la calle H. Galeana hasta su
confluencia con la calle Genaro Rodríguez; siendo apoyada dicha Junta por el
grupo femenil "ACCION", integrada por entusiastas damitas de la
localidad, entre las que figurara la Srta. Juan Heroles, Futura-madre de D.
Jesús Reyes Heroles.
Los recursos económicos que
obtenía esa Junta provenían de la celebración de bailes populares; de la
organización de las fiestas del Carnaval; de funcionamiento de una lotería de
cartones; de la puesta en escena de todo tipo de espectáculos de teatro,
cuadros artísticos, de variedades y literarios, con artistas locales.
7 años después de haber
desarrollado intense actividad en el desarrollo y cumplimiento de sus proyectos
y programas, la Benemérita Junta de C. Y P hizo Público un informe sobre el
resultado de sus actividades de participación -social ciudadana, ratificando su
cometido con una leyenda comprendida en una placa de bronce adornada en su
relieve con una columna dórica trunca, en la cual puede leerse su lema: ¡ESTA ES
LA OBRA DE UN PUEBLO QUE ASPIRA A SU GRANDEZA!.
El informe de referencia se
detalló lo siguiente: Pavimentación y embanquetado de la "Calle Real"
(Benito Juárez) con un total de 6,105-28 Ms. cuds. con un costo de $24,416.61 a
razón de $4.00 por M/2., se pavimentó el circuito del "Parque de la
Reforma", (Antes Regeneración) y se le dotó de áreas verdes, 50 bancas y
arbotantes de alumbrado público; se cooperó con 3 mil pesos para la
construcción del Puente de Tenechaco; se construyó el embarcadero y las escalinatas
de acceso a los transportes fluviales de pasaje y carga en parte de la margen
izquierda del rio; se remozó el "Parque Hidalgo"; se embovedó el
zanjón conductor de aguas negras que atravesaba longitudinalmente la calle
Melchor Ocampo y se pavimentó su superficie; se construyeron los sanitarios de
la Unidad Sanitaria; se pavimentaron las calles González Ortega, J. M. Morelos,
5 de Febrero, Gral. Arteaga, Miguel Lerdo de Tejada, J. L. Garizurieta, H.
Galeana, Revolución, Francisco I. Madero, Genaro Rodríguez, se construyeron las
gradas del parque deportivo Álvaro Obregón, se le otorgaron frecuentes
donativos económicos al Hospital Civil “Benito Juárez", y se financiaron
parcialmente los trabajos de reacondicionamiento de los caminos vecinales
Tuxpan-Barra Norte y Tuxpan-Álamo, y todo ello logrado con el esfuerzo de una
sociedad civil con espíritu comunitario.
Cabe también destacar que las
sociedades de padres de familia de las diversas escuelas primarias que
funcionaban en incómodos y antiestéticos jacalones, trabajaron por espacio de
varios años organizando y celebrando todo tipo de eventos, tales como bailes,
kermeses, tómbolas, rifas, funciones de boxeo y lucha libre, veladas
artístico-literarias, etc., logrando recaudar fondos económicos que emplearon
para construir nuevos edificios que albergaron las Escuelas Primarias,
"Enrique C. Rebsamen", "Miguel Lerdo de Tejada",
"Ursulo Galván", "Rafael Valenzuela", “Benito Juárez",
"Miguel Hidalgo" y "Venustiano Carranza“.
Por otra parte se distinguieron
los Comités "Pro Construcción de la carretera Tuxpan-México" y pro
fundación de la Escuela Secundaria y de Bachilleres, cuyos cometidos fueron
logrados por ambos. Sucesivamente se fueron constituyendo diversos patronatos y
Comités que promovieron la construcción de las obras portuarias incluyendo los
muelles escolleras, dragado del rio, etc., la construcción del boulevard
ribereño "Las Palmas", la construcción del muro de contención sobre
la margen izquierda del Rio Tuxpan, la construcción del Puente sobre el mismo
rio, etc., y para las gentes de aquellos tiempos era un señalado honor ser
distinguido para integrarse a esos organismos de labor comunitaria, lo cual
hacían en forma desinteresada en 10 personal, y sólo animados por el sano deseo
de servirle a su comunidad.
En su caso los Gobiernos
Municipales ya deslindados de la pesada carga de pagar los sueldos del
magisterio, pudieron continuar con la labor de ampliar la infraestructura
urbana de la Ciudad, la cual además de la pavimentación y embanquetado de las
calles citadinas restantes, incluyó el tendido de la red de agua entubada desde
sus mantos acuíferos a 12 Kmts. de distancia hasta ésta Ciudad, comprendiendo
ésta obra la construcción de 3 grandes contenedores ubicados en otros tantos
cerros de la localidad, y cabe destacar a tal respecto que en éstos trabajos
considerados faraónicos por las condiciones de esos tiempos, la mano de obra
corrió a cargo del personal de trapa de la XIX Zona Militar de Tuxpan, a cuyo
frente figuraba el General de División, Juan Soto Lara.
Por su parte los Diputados
Federales y Locales no se dormían en sus laureles, y antes al contrario se
destacaron como excelentes gestores y auténticos representantes populares,
funcionando en sincronizadas acciones como enlaces entre los sucesivos
Gobiernos Municipales locales con los Gobiernos Federal y Estatal, obteniéndose
mediante su gestoría, la construcción de diversas Xavier Obras materiales de cierta
consideración cuyos costos no estaban al alcance del presupuesto Público
Municipal, y en esas labores de gestoría se distinguió el diputado Federal, Don
Antonio Pulido Cobos, quien por coincidencia se desempeñó como tal en el
trienio que comprendió el azote en la región de los ciclones "Hilda” y “Janet",
que causaron la inundación que entre otros daños causó el socavamiento de los
drenajes y de la red de alcantarillado, así como la fractura del Pavimento de las calles
citadinas. Por la cercana relación que el diputado Pulido Cobos tuvo con el Sr.
Adolfo Ruiz Cortines, Que bien fuera su suplente como Diputado Federal por
Tuxpan en años anteriores, y quien a la razón se desempeñaba como Presidente
de la República, este diputado se puso al frente de la reconstrucción de todo
lo dañado, atendiendo instrucciones Presidenciales, y además de solventarse
esas tareas, se procedió a la construcción del Palacio y del Mercado Municipal,
y posteriormente de la Unidad Deportiva y del “Boulevard Ribereño, así como
también se rehabilitaron los caminos vecinales de las áreas rurales, se
instalaron costureros municipales en sus 86 comunidades, y se tendieron
pequeños puentes y vados en los pasos sobre los arroyos.
Ésta febril actividad de
participación ciudadana y de marcado espíritu comunitario se practicó hasta
principios de la década de los años sesenta, pero por razones cuyas causas
valdrían la pena investigar, fue menguado considerablemente al paso de los
años, hasta desaparecer por completo aquellas -Juntas, Comités, y otras
organizaciones que desinteresadamente apoyaron todos los movimientos sociales
que se registraron para lograr el progreso y desarrollo de Tuxpan.
Las obras materiales que lograron
construir las generaciones anteriores ahí están, a la Vista de propios y
extraños, como un testimonio que se apega e interpreta el lema de la Benemérita
y Honorable Junta de Caridad y Pavimentación... ¡ESTA ES LA OBRA DE UN PUEBLO
QUE ASPIRA A SU GRANDEZA! o Esto fue mas o menos lo que ocurrió en el pasado,
en el transcurso de casi 40 años a partir de 1926, y para compararlo con el
presente se impone preguntar: ¿Qué sucedió en los 40 años siguientes? Bueno, a
partir de que se empezaron a encarecer los votos, los Gobiernos de los 2
niveles superiores inventaron los programas cortoplacistas de supuesta
asistencia social, que más que ello funcionaron como cohechos electoreros.
Se institucionalizó la dádiva
"solidaria" con base en las migajas sobrantes, y así desfilaron los Pro
campo; Progresa, Oportunidades, Mujeres en Solidaridad, Programa de Adultos
Mayores, de Niños de la calle, CANEZA, Piso Fiel, Techo Fiel, De despensas,
Solidarias, a y además, con lo cual se saboteó la iniciativa laboral. El campo
dejó de producirse agudizó el desempleo. Se constituyeron los Patronatos
pero... ¡De pedigüeños!, y ahora para mayor desfachatez están diseñando un
programa de atención a Madres solteras, como si los contribuyentes tuvieran la
culpa de su condición como tales, y ante tan contrastante realidad se replantea
la pregunta... ¿será verdad que todo tiempo pasado fue mejor?.
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